14 Oct
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Los fabricantes suelen utilizar este tipo de mensajes como estrategia para aportarle mayor valor añadido al producto, ya que hace presuponer que es de mayor calidad. Si lo usan cultivadores profesionales es porque es bueno, ¿no?

Lo cierto es que muchas veces es publicidad engañosa, ya que no hay una regulación estricta al respecto. Por esto, si no te informas bien puedes acabar comprando cremas cbd  o armarios de cultivo de interior de segunda a precios desorbitados.

Reputación de la marca

La reputación de la marca debe ser buena, lo mejor posible, y que siempre demuestre sus últimas innovaciones e investigaciones. 

Si preguntamos a nuestro grow shop de confianza, seguro que nos podrá orientar sin problema, ya que tiene gran experiencia en el sector y conoce los resultados que obtienen sus clientes con marcas como Trabe.

Comunicación con compañeros

¿Qué hay mejor que el compañerismo entre profesionales de un mismo sector? Seguro que, por poco que lleves en el negocio, tienes amigos de confianza también cultivadores, así como estilistas de renombre con varias páginas, blogs y redes sociales

Su opinión puede serte de mucha ayuda a la hora de decidirte, pero acuérdate siempre de contrastarla con diferentes fuentes. Hay ciertos productos que requieren unas aplicaciones determinadas que, a lo mejor, tú no puedes realizar. 

Trato personalizado

Algo fundamental es encontrar un grow shop en el que, aparte de confiar, puedas sentirte seguro de comentar toda duda que te surja. 

Busca especialistas que no tengan problema en orientarte en productos y aplicaciones, ya que seguramente te surjan dudas tanto antes como después de la compra del producto.

Sin embargo, esto no es una ciencia cierta, por lo que puede ser que productos de muy buena calidad no te den unos resultados óptimos, y esto le pasa hasta al cultivador más experimentado. No te preocupes, es un proceso de prueba y error y de experimentar continuamente. Eso sí, mantente siempre actualizado para ofrecerle lo mejor a tus clientes, y no caigas en falsas promesas milagrosas de las marcas. ¡Y a peinar!

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